La injerencia del narcotráfico en el Estado

Las respuestas de los políticos, frente a cuál es problema del narcotráfico, son variadas. Algunos le dan importancia a la narcoviolencia -todos los delitos que derivan del tráfico de drogas-, otros al flujo de dinero -estas bandas criminales solventan campañas electorales-, pero la más acertada de todas, según mi visión y la de algunos entrevistados, es el Estado dentro del Estado, es decir, un Estado paralelo.

Para este informe, entrevisté a un importante miembro del Poder Judicial de Santa Fe involucrado en el caso de Los Monos. Su opinión, frente al narcotráfico, es que la injerencia de estas bandas criminales logran formar un Estado paralelo. Esto sucedió en Sicilia, Italia, cuando las bandas mafiosas italianas tomaron el control de la Región, donde la justicia y el poder imperan sólo por cuenta de las mafias sicialianas. Allí se hicieron famosos los términos “omertá” y “vendetta” o, también, los mandamientos de la mafia.

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Esto también se vive en Rosario, donde estas bandas dejaron en claro cuál es el “código” por el cual se debe regir cada uno de los que integran el territorio. Son cientos los casos de vecinos rosarinos que fueron usurpados y echados de sus hogares por estas bandas criminales y son decenas los asesinados o heridos por haber sido testigos de un hecho delictivo relacionado con estos criminales.

La balacera en el parque, es el juicio en el juzgado. Cada parte da lo que tiene para dar, mientras le imploran a las juezas (la suerte y la puntería) quiénes serán los beneficiados. Eso es la justicia en el mundo narco.

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Debido a la situación económica, los narcos son un cofre de oro para cualquier ciudadano, sin importar su edad. A un chico de 15 años que ha abandonado la escuela y su tiempo libre es trabajar con su padre o vivir en la calle, ¿quién le pagaría quince mil pesos por disparar unos tiros? Nadie, excepto estas bandas. Estos niños y/o jóvenes, desamparados por el sistema, se convierten en mano de obra barata para estas bandas. Ellos son los famosos “soldaditos” que vigilan los búnkeres. En dicho habitáculo, también hay un niño que no supera los 13 años . En la justicia-narco no existe la explotación infantil.

Si un vecino quiere remodelar su casa y no tiene recursos, lo primero y único que hace es pedirle dinero al capo-narco. Luego, tendrá que devolverle el favor de alguna forma, por ejemplo, cediendo la voluntad de su hijo.

Este suceso, donde una banda criminal cimienta las bases de otro Estado, paralelo al de todos, degrada a las instituciones. El narco, criminal, bandido y malviviente, pasa a ser un benefactor social que crea puestos de trabajo y concibe un sistema de servicios atractivo para los vecinos del barrio controlado por la mafia. Si las oportunidades no llegan, los narcos te la alcanzan.

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Otro sector de la sociedad, destaca que el principal problema del narcotráfico es la narcoviolencia. Es imposible “educar” a los narco-criminales, estos tienen su código, su ley, y el homicidio es la forma de solucionar las discordias. ¿Cuál sería la solución? ¿Crear un Código Penal sólo para narcos y que allí remedien sus discusiones? Pero si el problema son los homicidios o heridos en ocasión de robo, el enfoque debe ser otro y no la persecución incesante contra los cabecillas de la organización. No porque esto esté mal, sino porque no soluciona nada, al contrario, lo empeora.

La narcoviolencia está atada al funcionamiento del código mafioso. Es totalmente natural que un miembro termine ejecutado, por lo tanto, para ellos no es nada inusual, ni escandaloso. Es muy difícil acabar con la narcoviolencia sin acabar con la ley mafiosa y, a su vez, es prácticamente utópico ponerle fin al código mafioso sin destruir el Estado paralelo, que tiene correlación con el dinero que mueven.

El flujo de dinero por el narcotráfico, en Rosario, también es señalado como un problema para algunos. El Instituto de Cooperación Latinoamericana (ICLA) de la UNR (Universidad Nacional de Rosario), calculó, aproximadamente, que entre la cocaína y la marihuana, por año en la Provincia de Santa Fe hay un flujo de 111 millones de dólares -la tercera parte del presupuesto anual de Rosario-. Este dinero ilegal ingresa a la economía legal de varias maneras, por ejemplo, a través de “clubes, mutuales, bancos, fundaciones, negocios inmobiliarios” según Carlos del Frade.

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Una de las soluciones a esto es el control estatal al flujo de dinero, pero sabemos que Argentina es uno de los países, de la región, que menos combate el lavado de dinero -delito financiero muy común en el mundo-. Ningún país capitalista le ha puesto fin al lavado de dinero, el nuestro menos. Aún logrando avances en la modificación del Código Penal, siempre el lavado de dinero existirá porque gran parte de la economía se sirve del mundo ilegal.

En síntesis, soy adepto a la hipótesis que el principal problema del narcotráfico es la formación de un estado paralelo con su propia justicia, leyes y cabecillas. Esto resume todas las demás aristas y pone en juego cuál debe ser el enfoque del combate contra el narcotráfico.


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