El campo, el sostén del modelo

Para el Gobierno, el campo es un grupo de concentración y fuga de riquezas. Para la realidad, el campo es uno de los sectores que sostiene el circo.

El campo, ya sea por producciones primarias o manufacturas dependientes de ésta, es el principal sector exportador para la Argentina y el más humillado por el Presidente a su vez. Cortar por el hilo más fino siempre es más fácil y es lo que hace el Gobierno con los productores agropecuarios. Los tilda de “formadores de precios” cuando son el primer eslabón de la cadena. Los etiqueta de “terratenientes”, mientras en la práctica ya no existen.

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Aproximadamente, dos terceras partes de los campos en Argentina, están arrendados. Por lo tanto, quien alquila estos campos son los que sufren los riesgos en soledad porque el Estado no los ayuda.

Si dejamos de mirarnos el ombligo y observamos a Europa, el Estado asiste al productor con distintos subsidios, transformaciones y capacitación. Hugo Iturraspe (vicepresidente Sociedad Rural Santa Fe) me trajo como ejemplo que el Estado en Alemania, está permanentemente presente para que el productor no deje de producir ante una eventual fatalidad. En nuestro país, tanto gobiernos nacionales como provinciales siempre fueron gestiones a media máquina en lo que trata sobre inversiones para el agro.

En Argentina, el Estado sólo está presente cuando te necesita: cobrarte retenciones o castigarte. Citaré un informe de FADA donde detalla el impacto regional en Pergamino-Rojas-Salto (PRS) que tienen los derechos de exportación (DEX). Como el valor de los productos primarios varía con el tiempo, se toman promedios. La producción anual de trigo, soja y maíz en PRS alcanzó más de 1200 millones de dólares, el Estado gracias a los DEX se quedó con casi 300 millones. 

Si la región de PRS no pagaría DEX, con ese dinero se podría haber invertido (en un año) en “una planta de bioetanol de 100.000 m3, 10 plantas eléctricas de biogás de 2 MWh, un molino harinero de 450 tn/día, 10 granjas de cerdos de 1000 madres cada una, un frigorífico de cerdos equivalente a la producción de 12.000 madres y un frigorífico de exportación de bovinos de 100.000 cabezas/ año”. Además, por año, podría crear casi mil puestos de trabajo -están detallados en el informe-. Imagínese lo que por año crecería la región de PRS.

Nadie se queja de los impuestos, todo sector y toda persona sabe que para impulsar un país debe tributarle al Estado, el problema es cuando el gobierno utiliza un impuesto para sostener un modelo que deja mucho que desear. Los DEX -popularmente llamado retenciones- es una de las formas que tiene el Gobierno para “alimentar” al modelo. ¿Cuál modelo? Por ejemplo, lograr que Formosa agrande su gasto público para que Gildo Insfrán no pierda su trono en el feudo. En vez de invertir y crear oportunidades, Formosa se destaca por el clientelismo y el prebendarismo.

¿Qué sería de Gildo sin los DEX? Recuerde señor lector, que los DEX son impuestos no coparticipables que terminan en la “caja” para que el Gobierno nacional lo reparta donde quisiese, por ejemplo, Formosa. El problema no es Formosa, sino las oportunidades perdidas en Formosa gracias a Gildo y el Gobierno complaciente. No sólo que mejorarían la calidad de vida de los formoseños (estas oportunidades), también servirían de otro aporte para que el Estado cubra donde realmente lo debe hacer.

El ejemplo es Gildo, pero el modelo es mucho más que él. El campo o cualquier sector, no puede ser ultrajado para saciar los caprichos del gobierno de turno. Los crea y los eterniza. Mientras tanto, en Argentina nos defendemos con un paraguas ante un tsunami.

Antes del 2008 -año del enfrentamiento campo-gobierno por la 125-, el campo carecía de organización por distintos factores. Consiguió darle batalla al kirchnerismo, aunque este último se haya fortalecido. Sorprende que Alberto Fernández, con su imagen desgastada y negativa, hoy pretenda pegarle al sector agropecuario. Una cosa es Cristina Fernández y la espalda de Néstor Kirchner, otra es Alberto y su grupo de expertos -con poca experiencia-.

Lo más probable es que no se desate ninguna trifulca, a gran escala, entre campo y gobierno, pero cometió el error que ahora empecemos a hablar sobre los DEX. ¿A dónde van? Alberto necesita dos cosas: dólares y unidad. Dólares te los da el campo, pero la unión te lo da el enfrentamiento o esa suerte tuvo Cristina.

También vale la pena mencionar la presencia de Felipe Solá en la reunión del Presidente y la Mesa de Enlace. El ministro, que una vez titulé "el ministro freelance", es el que mejor conoce la realidad del sector agropecuario, en el Gobierno y el “oficialista” que más sufrió el enfrentamiento de la 125. ¿Logró convencer a Alberto?

El grandilocuente Guillermo Moreno, en la guerra contra el campo, se explayó justificando las retenciones porque “el campo se banca todo, porque la soja se banca todo”. El problema es cuando el campo conoce su poder como actor político y se cansa de aguantar el destrato. Claramente debemos evitar una crisis social como la de ese entonces y un consenso es imposible de lograr, quizás si un tipo de relación equitativa donde cada uno ponga lo suficiente.


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