La privatización de los DDHH: el refugio de Milagro Sala

Cada gobierno toma una demanda social como bandera e intenta asentar las políticas en base a ello. El peronismo, de Perón, izó la famosa bandera llamada “justicia social”. Desde el 2003, el kirchnerismo logró impulsar la materia de derechos humanos. Esto no es un hecho malicioso, que un gobierno ponga en agenda un tema (pobreza, derechos, etcétera) es muy positivo, el problema es cuando se apropia de ello, es decir, cuando privatiza la lucha, por ejemplo, la de los derechos humanos.

En conversación con Graciela Fernández Meijide, me reconoció que “las organizaciones de derechos humanos, como el CELS, han dejado de ser “organizaciones no gubernamentales”, lo ha dicho hasta Hebe de Bonafini cuando recalcó que eran un partido político” -en 2017 Hebe sentenció que Madres era “una organización política y nuestro partido es el kirchnerismo"-. “Los miembros de estas organizaciones han obtenido bancas o puestos en distintos ministerios dentro del Gobierno y cedieron ante él” continuó la ex secretaria de recepción de la CONADEP.

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Mis preguntas fueron centradas en el caso de Milagro Sala donde existe una especulación con el tema de los derechos humanos. Graciela Fernández sentenció que Milagro Sala fue “una persona utilizada por el Gobierno Nacional [en la época del kirchnerismo]. [Sala] no era funcionaria, la Nación le dio los fondos para que haga política cuando no era su función. Su autoritarismo y su particular forma de expresarse hicieron que logre un poder descomunal”.

Desde el Instituto Patria, se expuso mediáticamente el caso de Sala como una violación a los DDHH, lawfare, persecución política y/o un atropello en contra de los movimientos sociales. Milagro Sala fue quien lideró el movimiento social más grande de Jujuy (Tupac Amaru) y la administradora de fondos, girados por Nación, millonarios. Utilizando cooperativas fantasmas, la lideresa de la Tupac cobraba cifras escandalosas para proyectos inmobiliarios que carecían de planificación -algunos ni siquiera se llevaron a cabo-. Consiguiendo así desplazar la función del Instituto de Vivienda y Urbanismo de Jujuy (IVUJ), encargado de planificar y ejecutar las obras.

Más allá de la estafa inmobiliaria llevada a cabo por Sala, también es quien le puso (bien o mal) palos en la rueda a las gestiones de Fellner, Barrionuevo y Morales. No es una cuestión de defensa hacia los gobiernos, pero Sala -apodada “la gobernadora”- le dio estructura a un estado paralelo: Casa Rosada-Milagro Sala.

Mientras, en 2010, a Jujuy le recortaron el presupuesto desde Nación, Sala recibió fondos faraónicos para la construcción de viviendas. Viviendas -las que existieron-, que para habitar en ellas debías (además de pagar un alquiler accesible) rendirle homenaje a la lideresa y acatar sus órdenes, por ejemplo, subirse a un ómnibus y viajar a Ciudad de Buenos Aires a cualquier hora. La Tupac, con gran influencia de la barrabrava del Club Atlético Gimnasia de Jujuy, se convirtió en la tropa kirchnerista jujeña.

Según la senadora jujeña, Silvia del Rosario Giacoppo, el esposo de Milagro Sala, Raúl Noro, es quien comenzó a esculpir la imagen de activista, originaria, luchadora por los pobres, que caracteriza a Sala. Tanto la senadora Giacoppo, como la diputada jujeña Gabriela Burgos, me detallaron que “Milagro Sala no está registrada en ninguna entidad indígena, por lo tanto, no es considerada originaria”. Jujuy es la provincia con mayor presencia de comunidades indígenas de Argentina, sector que Milagro quería atraer, por ende, tomó la imagen del revolucionario indígena Tupac Amaru. Sin embargo, lo más llamativo y escandaloso, es que la Tupac también venera la figura de “El Che” Guevara. Rebelde, violento y antidemocrático como Milagro Sala.

¿Pero realmente quien le defrauda al Estado, es una luchadora por los pobres? Sala tiene las siguientes causas abiertas: de “Pibes Villeros” y la megacausa -condenada a 13 años por el desvío de 60 millones de pesos que no existen-, agresiones (escraches), lesiones físicas, acampe, balacera (absuelta), amenazas y una tentativa ilegítima de la libertad de una bebé (el expediente no prosperó). El Tribunal Superior de Jujuy confirmó la condena a 13 años de la causa Pibes Villeros, la Corte Suprema en junio dictará una sentencia. A su vez, la misma Corte ratificó la condena de dos años por amenazar con poner una bomba en una comisaría.

La causa por el acampe en 2016, es por la cual diferentes organizaciones de DDHH y hasta sectores de organismos como el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria -perteneciente a la ONU- han investigado y elevado informes al Estado argentino. La Justicia jujeña dictó una prisión preventiva para Sala, en este caso. Amnesty International Argentina, a raíz de mi consulta, declaró que “Amnistía Internacional se involucró únicamente en el caso que tiene Milagro Sala por la criminalización de la protesta social y posterior denuncia en instancia internacional, pero no podemos hablar por fuera de esa causa”.

Es un peligro sintetizar todas las causas judiciales de Milagro Sala en una. Es totalmente respetable el informe del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria, pero nunca se detalla una persecución política, lawfare o ensañamiento contra Milagro Sala. Sin embargo, es una realidad que en los tiempos de Sala, los jujeños vivieron bajo una órbita de violencia incesantemente que sólo quienes habitan en la provincia conocen el padecimiento.


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