Desde hace décadas, la pandemia sexista:
En lo que va de 2021 –cincuenta y cuatro días- hubo aproximadamente un femicidio por fecha, al menos lo que se viene registrando hasta el momento. Un nuevo suceso que hierbe y enfurece a la sociedad argentina, Ivana Módica (47) otra víctima de violencia de género y asesinada por su pareja.
El día 11 de febrero desaparecía en la ciudad de La Falda, Córdoba. Tras ocho días de búsqueda la hallaron sin vida en el Camino del Cuadrado, cuando Javier Galván –novio- confesó el asesinato ante la fiscal Jorgelina Gómez.
El comienzo del trágico final no data de la denuncia que Javier hizo frente a las autoridades locales por la desaparición de ella. El primer y único aviso de este femicidio fue hace unos meses cuando él era denunciado por violencia de genero. A raíz de esto, se le impuso una orden de distanciamiento, nada más.
El 8 de febrero, días antes de la desaparición de Ivana, Úrsula Bahillo (18) era encontrada sin vida producto de 15 apuñaladas causadas por su expareja, Matías Martínez. Previamente, en reiteradas ocasiones, era amenazada por él y nunca fueron suficientes los reclamos para evitar esta desgracia.
En enero otros dos femicidios trascendentes sacudían al país. En Tucumán, Rocío Macarena Quesada (28) era asesinada en su peluquería por un disparo a quema ropa de su expareja, y acto seguido, él se suicidaba en el local; En Santiago del Estero, María Belén Montenegro (23): su novio la mató a golpes en la cabeza, luego se quitó la vida tirándose debajo de un camión.
Y así se podrían seguir alistando las victimas de femicidio, travesticidios/transfemicidios producto de la violencia de género en lo que va del año.
¿Hasta cuándo?
“La casa del encuentro” –organismo feminista popular- registró en doce años -2008 a 2019- 3251 casos de femicidios, transfemicidios/travesticidios vinculados de mujeres y niñas.
En el año 2020 la violencia de género aumentó significadamente en comparación al 2019, con mayor ascendencia en tiempos de cuarentena. Según la organización Mumala -Las Mujeres de la Matria Latinoamericana-, el año pasado concluyó con 329 muertes violentas de mujeres.
El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad detalló que en 2020 hubo un total de 108.403 comunicaciones por violencia de género recibidas. De las cuales 29.706 fueron derivadas a canales de asistencia para un seguimiento, es decir, intervenciones. Del total de las llamadas, el 90% de los agresores eran varones donde el 44% solían ser exparejas y el 39% actuales. 2995 de las denuncias o comunicaciones -2,8% aproximadamente- tenían medidas de protección previas.
No son solo números, no son estadísticas insignificantes, es la realidad que la sociedad argentina atraviesa desde siempre y con mucho más impacto en las últimas décadas. Desde lo político y judicial ¿Qué es lo que se hizo para frenar/anular estos actos machistas?, trate de responderse usted mismo/a.
En lo social muy claro está la lucha constante del feminismo. Desde las manifestaciones por sus derechos a las creaciones de organismos de asistencia y apoyo a personas afectadas por la violencia sexista, espacios culturales y populares. Por lo siguiente, ha servido para empezar a despertar al pueblo de las grandes atrocidades que se generan por una justicia imprudente, nefasta y negligente, como en casi todos los ámbitos del poder público en la Argentina.
Mencionado anteriormente en los primeros dos casos –Ivana y Úrsula- las denuncias previas han sido de alguna manera desatendidas o no tomadas como corresponde. En ambas ocasiones la seguridad que se les brindó fue una orden de distanciamiento, infringidas obviamente ¿Hasta qué punto son efectivas las perimetrales? ¿Qué ciudadano de nuestra sociedad, con tal demencia, obedece a estas órdenes?
El protocolo de atención telefónica de casos –línea 144- tiene una lógica detalladamente pensada para cada situación a los llamados informativos, de emergencias y consultas. Pero, lo que falla es el actuar judicial, o, mejor dicho, accionar de una manera efectiva con medidas que prevengan de verdad un ataque.
En el día de ayer se ha confirmado, en el Boletín Oficial de la República Argentina, la creación del “Consejo Federal para la Prevención y el Abordaje de Femicidios, Travesticidios y Transfemicidios” con el fin de prevenir la violencia de género. Entre las diversas funciones a implementar en la articulación de este Consejo, se encuentra el punto que más nos interesa: La justicia y seguridad.
Como muchas personas hemos visto, el actuar de la justicia -en todos sus ámbitos que los compete- es muy irregular, no garantiza el orden social, y hasta a veces es arbitraria e inequitativa. Claro ejemplo, de masivo conocimiento y en vigencia, las contundentes evidencias que van en contra de los Rugbiers en el asesinato a Fernando Báez Sosa, y siguen sin condena a más de un año del suceso.
Sin dudas, la creación del organismo es un nuevo gran avance en busca de soluciones efectivas ante estos casos que nos rodean cotidianamente, al menos es lo que se espera. Sin embargo, al enterarse de estas nuevas implementaciones el pesimismo de la sociedad siempre se hace presente, el de ver más ideas, más proyectos y el desenlace siempre, o casi siempre, el mismo.
Desde otro punto de vista, direccionar y marcar el camino al poder judicial en su actuar y garantizar seguridad a estas personas, llegará ese día en que el Estado deje de reparar cada femicidio/ feminicidio a sus familias y, por lo siguiente, que más mujeres y niñas puedan caminar pensando en que su agresor esté tras las rejas, y no en las calles.
Cuanta razon !.....
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