La carta desde el exilio
Cuando se cumple un año de un hecho se festeja y se trata de hacer un balance. Esto sucede, por ejemplo, cuando se llega a Fin de Año, cuando festejamos un cumpleaños, cuando pasa un año de recibirnos o cuando un Gobierno cumple un año de mandato.
Siempre se realiza un balance, es decir, se tienen en cuenta los pros y las contras, se evalúa una crítica y se plasma en un papel, programa radial, televisivo o en una red social.
Cristina Fernández hizo su balance y por eso quiero dedicar unas palabras a ello. La Vicepresidenta claramente se diferencia de todos los Vicepresidentes del ‘83 a la fecha. Muchos marcan que hablar sobre una Vice que pone su agenda propia es desconocer las funciones de su cargo, ya que ella no es Presidente y es una mera psicosis.
Es cierto que Cristina Fernández, como bien dice Edi Zunino, es una especie de “commoditie” que vende. Es muy difícil hablar de política en Argentina sin mencionarla, así como al oficialismo le cuesta mucho despegarse -en el relato- de echarle todos los males al macrismo -como también hizo Mauricio Macri en su gestión-.
Cristina, ayer publicó una carta en su página web que los destinatarios no fueron los militantes, ni la sociedad en general, sino la prensa. Como usted sabe, Cristina como Presidenta nunca dio conferencias de prensa en Argentina -sólo en el extranjero y así le fue-. Eso se debe a que ella siempre acude a un monólogo, destinado a sus militantes, y nadie le pregunta o retruca. Ahora parece ser que se convirtió en Juan Domingo Perón exiliado en España mandando cartas.
¿Qué dice en la carta? Pues nada nuevo. Al principio detalló “logros” del Poder Legislativo (PLN). Tiene una necesidad de apropiarse de esos hechos, como si el PLN fuese su quinta de fin de semana. Estos logros son diferentes proyectos de ley tratados en ambas Cámaras, hasta mencionó el “Teletrabajo” y “Educación a distancia”.
Luego, le echó la culpa de todo al macrismo, pero lo más llamativo es que le atribuyó la responsabilidad de “un sistema de salud prácticamente abandonado por el macrismo”. El sistema de salud en Argentina está abandonado hace años, no cuatro.
Además explicó que los programas de IFE y ATP fueron una gran ayuda para los sectores “vulnerabilizados” -término que sólo existe en su diccionario-. El IFE fueron 30 mil pesos miserables para ocho meses de cuarentena ridícula y en el medio con un proceso inflacionario que se aceleró producto de las contramarchas del Poder Ejecutivo (PEN).
Pero realizó un ataque que fue contra el Poder Judicial (PJN). Señaló que existe un “lawfare al palo”. ¿Por qué investigar a los funcionarios kirchnerista es persecución política?
Le recuerdo, querido lector, que varios funcionarios como Amado Boudou ya estaban siendo investigados en 2015. Estuvieron doce años gobernando el país -la misma Cristina Fernández se apropia de la gestión de su marido- e impulsaron reformas “democratizadoras” hacia el PJN. Metieron tinta hasta donde pudieron en el Consejo de la Magistratura, por ejemplo, cuando en 2005 querían bajar el número de integrantes de 20 a 13 -por el gasto- para bloquear con integrantes afines las principales decisiones, proyecto redactado por Jorge Yoma.
Años anteriores Cristina y Yoma se enfrentaron en 1996, pero luego el riojano se ungió en el kirchnerismo hasta 2013 cuando dijo que era inconstitucional el proyecto de reforma judicial, ya que era para “domesticar” al PJN. ¿Sabe lo que pasó? Yoma -embajador en México 2007-09-, a los días fue denunciado por Cancillería, dirigida por Héctor Timerman, por malversación de fondos y fraude en perjuicio de la administración pública, durante su función de embajador. En otras palabras, carpetazo.
Acecharon contra el estratégico juzgado electoral de La Plata -no sólo ahora con Ramos Padilla- con Laureano Durán, en el 2014, como juez subrogante para reemplazar al fallecido Manuel Blanco.
Pero el kirchnerismo es así, se siente perseguido por aquellos “neoliberales” que reclaman un país serio y transparente. Argentina, en enero de este año, se ubicó en el ranking de corrupción en el puesto 66. Dicho ranking consiste en una puntuación de 0-100 -cero para el más corrupto y cien para el menos corrupto-. Argentina en 2012 recibió una puntuación de 35 y en 2019 de sólo 45. En siete años, con cambio de gobierno en el medio, no se logró combatir la corrupción. Insisto en este dato, este ranking lo hace el IT que es la organización International Transparency. ¿Por qué no investigar a los funcionarios del 2012 a la fecha?
Ya lo he dicho anteriormente, hay un ataque sistemático al republicanismo en nuestro país. Acusar a la Corte Suprema de persecución política es peligroso, es un atentado lisa y llanamente al PJN desde el PEN. Pero no sólo eso, ahora que Cristina se cree dueña del PLN también desde él. A grosso modo, Cristina intenta poner en jaque el PJN dejándolo como un poder afín al macrismo desde los poderes sólidos y respetables como el PLN y PEN. El macrismo -si es que existe esa rama ideológica- hoy no consigue ni votos con Macri como figura y los que consiga sólo es por el cansancio de la ridiculez kirchnerista.
La señora Vicepresidenta se despegó del Gobierno con su carta en conmemoración por el aniversario del fallecimiento de su marido. Con esta última carta, la de ayer, se apropia del PLN y fustiga al PJN. Es paradójico cómo se agarra de banderas, se victimiza y aprovecha la ocasión para marcar la cancha.
Siempre el kirchnerismo adoptó la idea amigo-enemigo. Amigos son aquellos progresistas, luchadores por los derechos humanos y soldados del antiimperialismo. El enemigo es todo aquel que los critique, ya que están excluidos del relato del Gobierno.
El macrismo, que puede ser etiquetado de cualquier cosa menos “neoliberal”, hoy es el blanco del Gobierno y del Instituto Patria. De esa forma, se le atribuye a la gestión anterior todos los males de la Argentina. Algunos sí son propios del macrismo y otros heredados no sólo del kirchnerismo, sino desde hace mucho años atrás.
Durante el kirchnerismo de Cristina, la imagen del Jefe de Gabinete pasaba casi por desapercibida. Caso contrario con Marcos Peña, su tarea era culpar al kirchnerismo de todo. Lo mismo sucede con Santiago Cafiero, parece que el Jefe de Gabinete (pos-kirchnerismo) es un misil para la oposición.
La Vice marcó la cancha y sus asesores, hasta su secretario más cercano Alberto Fernández, ya dieron el visto bueno. ¿Cambiará la Justicia? ¿Existirá otro proceso “democratizador”?
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