Viajar en el tiempo: el proceso de volver a los setenta.


Querido/a lector/a, hoy me acerco a usted para decirle que quizás en los próximos meses no tendrá la oportunidad de leerme.

La Defensoría del Público fue creada a fines del 2012, bajo la Ley 26.552 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Hoy este organismo, que depende del Poder Legislativo, está presidido por Miriam Lewin.

Si usted no sabe, la ESMA fue la Escuela de Mecánica de la Armada utilizada en la última dictadura como centro de detención y tortura. El gobierno kirchnerista, progre y siempre a favor de los DDHH (como la Ley Antiterrorista), convirtió la ex ESMA en un espacio de memoria. Lamentablemente (como en la Alemania Nazi) para Cristina (y Néstor, agregaría) el Estado, el Gobierno, el Partido y el Presidente son lo mismo, por ende, la ESMA se convirtió en un punto de encuentro para los muchachos de La Cámpora que hacían fiestas en este espacio a la memoria. Igualmente déjeme decirle algo: el macrismo y el kirchnerismo se fusionaron para darle la licitación a Nicolás Caputo (más 90 de millones de pesos) en junio de 2014 para la creación de un museo sobre Malvinas.

Miriam Lewin es periodista y fue detenida en la ESMA durante la dictadura militar. Formó parte de “una organización (...) que se comprometió en la lucha política”. También fue testigo en el Juicio a las Juntas (1985) y escribió diferentes obras referidas al accionar de las mujeres guerrilleras argentinas de los setenta-ochenta.

Este fin de semana, el Gobierno nos sorprendió con la creación de Nodio que es un “observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios y plataformas digitales”. Supuestamente este nuevo espacio inútil, que favorece a la creación de cargos públicos para el gobierno clientelista y prebendario, está enfocado para detectar noticias falsas, y si analizamos las palabras utilizadas por el organismo aclaran que su tarea es “proteger a la ciudadanía de noticias falsas”. ¿Podemos decir que van a censurar? Sí.

La periodista Miriam Lewin dijo en agosto de este año, en una entrevista a estudiantes de periodismo, que la Defensoría del Público “no tiene capacidad punitiva, no podemos multar, censurar, sancionar y respetamos la libertad de expresión”. Según ella, la libertad de expresión no debe vulnerar derechos. ¿Qué derechos pongo en riesgo si digo lo que pienso? ¿Los derechos de ustedes? Dígame los de quién, por favor.

Es más fácil ponerle trabas al periodismo que educar a una sociedad para que tenga las herramientas suficientes como para hacerle juego a las fake news. Es más fácil no medir la pobreza que solucionarla.

No sé si realmente Nodio, supongo que es un juego de palabras no-odio, hará algo. Creo que es una estupidez para justificar gastos públicos. Sin embargo, el gobierno revolucionario bolivariano hizo lo mismo en Venezuela.

Jorge Alemán es psicoanalista y escritor, defendió a Nodio y dijo lo siguiente: “el neoliberalismo se caracteriza por disolver los límites. Y lo ilimitado y lo democrático son incompatibles. Para Lacan en el discurso capitalista hay un rechazo a la verdad y al amo.” Esto es desinformar. Jacques Lacan, psicoanalista francés, dijo en 1972 en una conferencia en Milán que el discurso capitalista es el nuevo discurso del amo, yo agregaría que del populismo. Jorge Alemán utiliza a Lacan para engañarnos con el neoliberalismo (inexistente). Lector, ¡Alerta! ¡Estos tipos nos quieren volver a los setenta! Dejen de vivir su aventura romántica de los setenta que tanto daño le hizo a la Argentina. Basta de los militares asesinos que robaron hasta las reservas del BCRA y también de grupos guerrilleros obsesionados con la Revolución Cubana, que es todo menos democrática. Basta.

Si queremos una sociedad que no se deje idiotizar por las fake news y no sea “pro-odio” eduquemos. Dejemos de alimentar la grieta y no creamos en el discurso amigo-enemigo utilizado por el kirchnerismo y avalado por el macrismo. La grieta le sirve a ambos. Ellos enfermaron a la Argentina con el odio. Nos vendieron que venían por los derechos de los más necesitados, “la Patria es el otro”, y lo único que hicieron fue vender la soberanía a la Barrick Gold, llevar bolsos a paraísos fiscales y bajar cuadros (en Santa Cruz no bajaron ninguno). Mientras tanto el macrismo crece en una nube ridícula.

Defendamos la libertad de expresión y en vez de reprimir y censurar, eduquemos para evitar sociedades brutas y vulnerables. Eso tenemos que hacer: hacernos cargo.

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