Octubre (tachado): por ahora no volamos


Si he de tener un diario íntimo en el cual escriba las crónicas de este país, sin dudas haría mención que todavía Argentina se mantiene en pie, aunque creo que está de rodillas.

Argentina es un país que choca contra la misma piedra las veces necesarias para volver a tropezar nuevamente. Es un país que no avanza y hasta parece que es propia de nuestra cultura el hecho de no querer hacerlo. Pero sí creo que hay una forma de encauzar este país y es la forma que dijo la Vicepresidenta en su carta: se debe reunir cada sector.

Volviendo un poco hacia atrás y viendo día a día, el 27 de octubre fue el aniversario del fallecimiento de Néstor Kirchner. A diez años de su defunción, su esposa, viuda, y actual Vicepresidenta de la Nación lo “homenajeó” con una carta.

Néstor: el hombre que lo cambió todo. La palabra “todo” es muy abarcativa, de hecho no tiene límites y es imposible poder medirla, como la nada misma. Néstor Kirchner es ese personaje que es un: todo o nada. Hay quienes lo consideran como lo primero y otros como lo segundo. Sin tener en cuenta que “todo” y “nada” tienen mucho en común.

¿Para quiénes fue “todo”? Siempre utilizó, en su relato, el espacio temporal de la década del ‘70. Intentó como darles una nueva identidad a los jóvenes del siglo XXI con la “pasión” por la política de aquel entonces, pasión que se ha llevado muchas vidas. Allí ese amor por este líder político, que obviamente llevó el odio a otro sector de la población que también encontró cierta identidad. Reencarna los setenta en la Argentina del siglo XXI. Es paradójico cómo volvemos en el tiempo.

A partir de la muerte de Néstor, el movimiento juvenil (quizás el más representativo) de La Cámpora empezó a pisar fuerte y santificó, de cierta forma, la imagen de Cristina Fernández. No sólo la santificó, sino que la eternizó en esa posición de líder supremo. Será Cristina y únicamente ella quien nos salve.

En la política debe existir el amor pero cuando perdemos objetividad nos lleva al desastre. Estupidizados ya sea amando u odiando el relato, fue como Cristina ha hecho y deshecho lo que quiso, por ejemplo: creando la imagen de Mauricio Macri, que después terminó ganándole la pulseada en 2015 y dejándonos un agujero en materia económica demasiado grande. O más aún, demonizando sectores productivos como el campo con la famosa guerra de la 125 en 2008.

La Vicepresidenta, hace tres días, escribió una carta con mucha seriedad y hasta certezas (pero no las que titula), aunque trae consigo errores y omisiones. Por ejemplo, pone en manifiesto que cuando terminó el mandato la desocupación era del 5,9%, esto es falso. Que la cobertura previsional era más del 90%, es cierto pero dejó una bomba en el sistema que hasta ahora lo estamos padeciendo -hoy tienen que ver a quién le estalla en la cara-. La inflación no superó el 25% interanual en 2015, pero en 2014 superó el 40%, según el índice de San Luis y CABA, y las tarifas de servicios públicos estaban totalmente atrasadas -aumentarlas implica un incremento automático en la inflación-.

¿Cuándo va hacer una autocrítica? Y eso no es todo, lo del cepo también es una falacia y muy manipulada. En la gestión de Cristina Kirchner nadie accedía a 2500 USD (en sí eran 2000 USD, no 2500 como describe en su carta), solamente podías acceder al 20% de tu sueldo y eso sí: tenías que pasar todas las barreras burocráticas para poder comprar dólar ahorro, como ahora digamos. El macrismo, cuando llegó al poder, levantó el cepo y fue una de las medidas más efectivas de la gestión, quizás la única aunque hay que tener en cuenta el arreglo con los fondos buitres. Sin embargo, el macrismo empecinado sembró la desconfianza de siempre y vulneró al peso, finalizando la gestión con un cepo.

Esta idea bimonetaria, de la cual Cristina no responsabiliza a nadie y creo que comete una omisión, es porque nadie confía en el peso. Hace unos días, un periodista económico de C5N -desconozco su nombre- dijo que es mentira que nadie quiere al peso. ¿Quién lo quiere? Con cien pesos en mi billetera hoy compro tres alfajores, en dos meses sólo uno y algunos caramelos. ¿Quién no va acudir al dólar o cualquier otro método de ahorro? La inflación pronosticada para enero y febrero (2021) supera 7% mensual.

A pesar de todo esto, es real que en nuestro país se necesita un diálogo y un acuerdo entre todos “los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales”. Es la única forma de salir del pozo en el cual Argentina está postrada. Así se levantan las naciones, entre todos los sectores. Por eso no sirve el “que se vayan todos”.

Hasta ahora no volamos. Es fin de mes, aunque el lunes ya arrancamos noviembre y es uno de los meses claves para la gestión de Alberto Fernández. El pronóstico más duro es para comienzos del año que viene y sólo lo que se haga hoy calmará las aguas.

Cristina dio su paso, a su estilo como siempre y con sus toques de color. Alberto parece tener vía libre en las decisiones. ¿Podrá lograrlo? ¿Aumentará la imagen de “Alberto títere” o la gente lo verá con independencia, aunque la Vice diga que la tiene por naturaleza? ¿Habrá cambios en el Gabinete que tiene “funcionarios que no funcionan”? ¿A quiénes pondrán? Hay que ver si la oposición irá al combate infantil o se sentará a dialogar con el oficialismo.

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